El Gobierno tampoco logró detener un proyecto de la oposición en el Senado para impedir los despidos, que tuvo dictamen en la Comisión de Trabajo y Previsión Social y quedó listo para ser aprobado en la próxima sesión. 

Fue unas horas después que Diputados avalara uno similar también con respaldo de todos los no oficialistas, pero con una diferencia: en esa cámara aún debe tratarlo la Comisión de Presupuesto, mientras que en el Senado saltearon ese paso para discutirlo en el recinto cuanto antes. 

Cambiemos intentó estirar el debate con la promesa de una visita del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, empresarios y especialistas, para recién después determinar cuánto desempleo hay y evaluar si hace falta alguna medida.

La propuesta la leyó el senador radical Alfredo Martínez cuando empezó la Comisión de Trabajo, presidida por el peronista pampeano Daniel Lovera.

Martínez sólo hizo de mensajero, mientras que la defensa del Gobierno la ejerció su correligionario Ángel Rozas y Laura Rodríguez Machado.

“Hay que escuchar a todos antes de definir”, reclamó el chaqueño. “Hablan de estadísticas: ¿acaso el Indec lo destruimos nosotros?”, atacó la cordobesa del PRO.

Recién al final, la radical tucumana Laura Elías de Pérez y Federico Pinedo sugirieron que suspender los despidos atenta contra la inversión y la creación de empleo.

Los senadores opositores habían trazado un diagnóstico bien diferente. El chubutense Juan País contó que el proyecto suspende los despidos por 180 días, lejos de los 2 años que dispone el de Diputados; pero contempla despidos “indirectos”, como definen al hostigamiento que muchas veces reciben empleados para dejar su lugar de trabajo.

Si un empleado no quiere ser reincorporado, podría acceder a una doble indemnización. “Eso de convocar a expositores ‘in eternum’ se va ‘de patadas’ cuando cientos de trabajadores no llegan a fin de mes y están esperando a ver si les llega el telegrama de despido”, denunció la camporista Virginia García.

“Hace 20 días reunimos a los sindicatos y muy pocos oficialistas vinieron. Ahora no tenemos tiempo para audiencias”, le siguió la sanjuanina Marina Riofrío, quien cuestionó además los despidos en el Senado.

La catamarqueña Inés Blas fue drástica: “Cuando camino por los barrios las mujeres me piden comida y leche. Sus maridos se quedaron su trabajo porque el Gobierno nacional paró la construcción”, describió.

El resto de la oposición tampoco fue contemplativa con el Gobierno, a excepción del massista Roberto Basualdo, que acompañó pero propuso extender a 180 días el período de prueba de las Pymes. Nadie lo escuchó.

El Frente Progresista fue duro con el Gobierno: la rionegrina Magdalena Odarda acusó a Macri de marcar tendencia con los despidos estatales (“En Sierra Grande una empresa China echó a 100 empleados”, contó).

Jaime Linares (del GEN) recordó sus años de intendente de Bahía Blanca en épocas de crisis. “Se habla del efecto derrame. Y el derrame no llega. Hay que estar dando respuestas día a día”, diferenció.

El petrolero neuquino Guillermo Pereyra, del MPN, detalló la vocación de despedir gente ante la menor pérdida de ingresos que hay en su rubro y exaltó a Pino Solanas.

“No puede haber despidos en un país donde el sector financiero tuvo ganancias siderales. Si una empresa no quiere explotar un yacimiento, que se lo de a YPF y sostengamos el empleo”, propuso a los gritos.

Sólo la santacruceña Ester Labado advirtió que no tenía sentido aprobar algo similar a Diputados. Nadie la escuchó: todos querían seguir adelante.